Libros

En cierto modo, en la vida pasan cosas

Megan BoyleSi la literatura bloggera hizo furor a mediados de la primera década de los años 2000, el libro de Megan Boyle confirma que solamente pasado el auge de una forma artística, ésta puede renovar la fuerza de su estética para iluminar aquello que antes no podía decir. 

Desde el límite de lo autobiográfico, la obra de Boyle presenta una hiperconciencia típica del mundo post-internet que logra articular bellamente una serie de tópicos contemporáneos:

El cuestionamiento de la propia vida como proyecto artístico: “¿soy realmente interesante o solo quiero construir una visión ‘interesante’ de mí misma para no sentir que debería morirme?”

La vivencia de la sexualidad como algo accesorio e innecesario: “quiero reemplazar mi vagina por algo más práctico”.

Y un egocentrismo desmedido, consecuencia de crecer en un mundo que carece ya de la posibilidad de una experiencia: “todavía no estoy segura de lo que ‘viviendo la vida al máximo’ sería para mí, la mayor parte del tiempo trato de caer bien en situaciones sociales y de no morirme”.

Como toda hiperconciencia que indaga corrosivamente sobre el propio yo, la de Boyle se cansa y es entonces cuando asoma la fragilidad del aparato con que elabora su juicio: una intimidad que no sabe del mundo y que se ampara en la obsesiva reconstrucción de lo vivido cotidianamente para cumplir con el mandato de vivir una vida significativa.

El libro de Boyle celebra también el nacimiento de Dakota Editora, impecable editorial argentina dedicada a la traducción y publicación de jóvenes autores de América. Dos excelentes razones, entonces, para acceder a un gran libro.

Reseña publicada en La Nube Canning – Número 2

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